viernes, 18 de mayo de 2007

La hija política


A estas alturas, cuando es inminente el estallido de una potente denuncia periodística contra el presidente -nada menos- de la mismísima Comisión de Fiscalización del Congreso, este aporte resulta ya anecdótico. Sin embargo he querido consignarlo porque me resulta sumamente curioso lo que el congresista involucrado respondió.

Alejandro Rebaza Martell, aprista electo por Cajamarca, tiene fama de hombre correcto. Lo extraño es que, gracias a que la lista de asesores se ha puesto al alcance de todos los mortales, alguien nos avisó que Martell tiene contratada en su despacho, como asesora tipo dos, a Karina Villena Chuman, novia de su hijo.

Al preguntarle al congresista por el asunto, su respuesta se me hizo bastante intersante:

"Claro, son enamorados, pero no hay ningún parentesco de manera formal, el Código Civil no establece ningún impedimento y el reglamento del Congreso tampoco. Es más, ella ha sido mi compañera de estudios en la UPAO, ha trabajado intensamente conmigo y viene asesorándome porque es abogada y tiene cursos de maestría.
- ¿Y esto, éticamente, no se ve mal?
- No, porque no es una novia consentida, ¿no? Ella es simplemente una enamorada de mi hijo. (...) No hay conflicto de interés, más bien lo que habría es una mayor confianza en una asesora que tiene cierta identificación."

La ética es un asunto medio nebuloso en el Congreso de nuestro Perú. Es demasiado etérea para comprenderla, es un concepto perdido, olvidado, jurásico. Pero hay que admitir algo también del otro lado: la colegada, gracias a esta dichosa lista, se ha puesto el cuchillo en la boca y se olvidado de preguntar. Ahora se acusa de frente para ganar tiempo porque total, parece que nadie es inocente en ese Hemiciclo.

Creo que por eso es tan importante redoblar el esfuerzo en investigar. Redoblarlo no sólo porque los otorongos ya se encargaron de barrer como locos la mugre bajo la alfombra, sino también porque es peligroso, nos podemos enfermar de denuncitis, acusar por las puras y terminar pareciéndonos a ellos. ¡Dios nos libre!

1 comentario:

Reaño dijo...

Ya no creo en la educación, títulos, laureles, exámenes psiquiátricos ni nada de eso... el requisito para ser Congresista de la República del Perú debería ser:
1. No tener (ningún) pariente vivo.
2. Asegurarse que sea tan asocial que no tenga (ni hubiera de tener) ningún amigo.