No sé si recordarán este viejo afiche, creado en la casa del Rafo Belaúnde (gallardo nieto) y pegado con engrudo en toda pared que alcanzamos durante el verano del 2000. Era Fujimori con traje a rayas (modelo Abimael) y sobre su cacharro se leía: SE BUSCA, una humilde invención del grupo Re-Generación, mi puñadito de amigos con los que nos dedicamos a gritar en mil marchas y a joder, con la modesta garganta que nuestra madre nos dio, al monstruo de diez cabezas que era entonces el fujimontesinismo que pudrió al país.
A mí, el veintialgo de mayo del 2000 me cayó una bomba lacrimógena en la pierna derecha que separó mis gemelos y me dejó enyesada durante un par de meses. Lo mío, por supuesto, no fue nada. Yo he visto ojos convertidos en un rastro líquido sobre la cara, vi romperse costillas, molerse huesos, gente siendo arrastrada por la calle, he visto a muchachos desaparecer, todo bajo la represión nunca televisada del emperador, porque nuestra era fue la de la realidad virtual. Eso no hay que olvidarlo.
Ahora, aunque "chinomaldito" -como le decía mi jefe por esos días, César Hitlerman- duerma aún en territorio chileno, celebro que, por primera vez desde que existo, la justicia funcione y el miserable que convirtió a mi Perú en una casa de putas venga por fin derechito a una cárcel. Sé que no usará traje a rayas pero ¡caray!, es verdad que a veces la señora de la balanza se tarda una eternidad, pero llega.
5 comentarios:
Claro que produce una sensación de satisfacción ver que la justicia todavía funciona. Los delitos del prófugo Alberto Fujimori permanecen en la memoria de todo peruano mínimamente informado, aunque los incondicionales interesados en la impunidad nos quieran hacer creer que el fujimorismo sigue vigoroso y son masas enormes las que extrañan la dictadura. Tremenda falsedad.
Pero si bien ha sido una grata noticia la extradición del prófugo no olvidemos que esta demostración de que la justicia funciona ha venido desde fueros chilenos. Se ha dado sólo el primer gran paso: la aprobación de la extradición. Paso que ha costado, eso sí, casi dos años y para el cual no hubo ningún apoyo ni pronunciamiento de las principales autoridades peruanas - el presidente Alan García, el primer ministro Jorge del Castillo y la ministra de Justicia- con el insostenible pretexto de no politizar el tema.
Es ahora cuando debemos estar alertas todos: ciudadanos, medios de comunicación, estudiantes universitarios, congresistas, líderes de opinión, blogueros, etc. Atentos porque los incondicianales de Fujimori van a ejercer toda la presión que puedan, van a mover sus influencias, van a tratar de enlodar el proceso, en fin, van a usar una y mil artimañas. Vamos que en eso son muy buenos.
Por ahora satisfacciones, bienvenida la noticia. Pero ojo: ahora más que nunca No hay que bajar la guardia.
Para ese entonces yo tenía apenas catorce años y sin embargo tenía conciencia, gracias a mis viejos, de que algo grande se venía. Para mí, la Marcha de los cuatro suyos fue levantar unos carteles en la plaza de armas de Trujillo y tomarme una foto (prometo escanearla y colgarla en mi blog).
Nacidos el 4 de junio de 1998...
Eso!
Mi brazo recuerda el certero varazo de un custodio del orden público.
Y hoy brindo por esa generación de hermosos adolescentes que éramos... y para que hoy pasemos el tiempo -ya que crecimos con el Chino- sin demoler hoteles... vigilando.
En el 98 ya chambeaba en esto, pero no sabes como me picaban los pies para acompañarlos a ustedes!. Y ahora, sino estuviera embarazada, sacaría unas chelas para brindar por el regreso de chinomaldito.
kenyi escucha, tú viejo es un rechucha¡¡¡
esa es del 98, cuando el chino mierable era intocable y ni por error pensaba que acabría con sus malolientes huesos encerrado en una cárcel.
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